Que ganas tengo de que lleguen, y que ganitas de que se acaben,.....

son los comentarios mas usuales en estos días que se acercan las fiestas de Navidad.  Estos días son una gran oportunidad para muchas personas, oportunidad de salir de la rutina , de realizar encuentros sociales, familiares, de compartir exquisitos manjares o simplemente comidas tradicionales, alrededor de una mesa y con su correspondiente sobremesa, donde se producen charlas muy cargadas emocionalmente, temas familiares, la política, Podemos, la consulta,... en algunas casas se desempolvan esos viejos juegos de mesa, si hace buen tiempo se sale a dar una vueltecita para hacer hueco en el estómago para el dia siguiente. Para otras personas es un suplicio, bien porque su situación personal o familiar se ha visto golpeada por la crisis, han habido pérdidas significativas en el hogar, o bien la conflictividad en las relaciones familiares conlleva  que se organicen viajes para no estar presentes y no profundizar en esos conflictos. O sea, que nos encontramos todos los colores del arcoiris .

¿Cómo afrontar unas fiestas de Navidad y no morir en el empeño?

Es importante aprovechar estos días, así como todos los días del año, con una actitud comprometida, hacia uno mismo y hacia los demás, comprometida con sacar lo mejor de nosotros mismos, de aprovechar para compartir con otros, compromiso de estar bien, de manejar las dificultades y el estrés, de poner sentido común encima de la mesa, de no dejarse arrastrar por el consumismo excesivo, de hacer valer y poner en valor lo sencillo: "estar junto a otros", de ser un poquito dueños de nuestras emociones de cómo nos queremos sentir. De preguntarnos que hemos de hacer para sentirnos bien ( o menos mal que es lo mismo), de prestar atención a lo que nos rodea y de las cosas que son importantes para nosotros, de ese tiempo que es nuestro y que sólo nosotros somos responables de usarlo  como nos plazca, y ya puestos ¿por qué no usarlo para estar bien?  

Unas fiestas que además sirven en su traca final para hacerse planteamientos de cambio, de que el nuevo año pueda ser diferente, de innumerables cosas que hemos de cambiar, y que con un trapito rojo es posible que tengamos más suerte. Está bien, pararse y reflexionar, a modo de ITV para ver qué es lo que no funciona en nuestras vidas o en qué podemos mejorar e intentar llevarlo adelante. Las fiestas parece que invitan a esto, quizás sólo quizás si pudiéramos llevar un trozo pequeño de esta actitud a todos los días del año , ya digo quizás, solo quizás, así seríamos un poquito més felices. Ello requiere compromiso con uno mismo. Compromiso para estar bien.

FELCIES FIESTAS!!!!! Y  FELIZ COMPROMISO