Los héroes de carne y hueso son necesarios, despiertan admiración, nos confrontan con valores sociales compartidos, de ayuda, generosidad, solidaridad, altruismo, ayuda a los demás, integridad, determinación, sinceridad y honestidad,...¿cómo no van a ser necesarios?
La excesiva simplicidad con la que clasificamos lo que ocurre en la sociedad, nos lleva a ver las cosas en términos de buenos-malos, héroes-villanos, inocentes-culpables,... Es cierto que los hechos y los comportamientos de las personas no son tan simplistas ni se pueden resducir a estos clichés. Es frecuente que en incidentes críticos y desgracias, donde hay pérdidas de vidas humanas, o grandes daños materiales los primeros momentos y días posteriores los medios nos inundan con la parte más próxima al impacto y a la desgracia, lo que produce una gran movilización de emociones como el miedo, el terror, la pena, la tristeza, el desgarro y el dolor por las pérdidas y cómo se han producido éstas,....de manera veloz y ràpida, como todo lo que acontece en nuestra sociedad mediática, aparece una gran necesidad balsámica, curativa, en medio de tanto dolor, es en ese espacio donde aparecen los héroes de carne y hueso. En toda desgracia hay comportamientos de personas anónimas que llenaran los espacios televisivos y de medios escritos, con su conducta que nos provocará admiración y un proceso psicológico de identificación con todos los valores que encarna esa conducta.
Por ejemplo, el profesor de gimnasia que se aproxima y enfrenta mediante la palabra al joven que entra en una escuela y mata a un profesor en un Instituto de Barcelona y hiere a otras personas , para convencerlo de que desista de seguir causando daño. El trabajador de un supermercado en Paris, Héroe en París: joven musulmán ocultó en un refrigerador a rehenes del supermercado, en el atentado a Charlie Hebdo ; la actitud heroica que tuvo Lassana y fue ampliamente elogiada en las redes sociales. Muchos ensalzaron su valentía y destacaron cómo este joven musulmán, modesto y discreto, no quiso luego otorgarse ningún protagonismo. Serían muchos los casos que nos demuestran conductas de ayuda a otros por parte de personas normales, que restan valor a su conducta y huyen de cualquier protagonismo. Los héroes a través de la historia y de la literatura cada vez se han hecho menos míticos y grandiosos, para hacerse pequeñitos en nuestra sociedad, pequeñítos y efímeros, pero que transmiten una gran ola de admiración y respeto.