https://symposium.uoc.edu/107430 (programa del congreso)
Situación actual y retos de futuro de la psicología de emergencias
El gran impulso de la intervención psicológica en emergencias se produjo, a escala mundial, después de los sucesos del 11 de septiembre de 2001 (el ataque en las Torres Gemelas de Nueva York) y la posterior oleada de atentados terroristas en distintas ciudades europeas (Madrid, París, Londres, etc.).
Precisamente en España, el atentado de Madrid de 2004 puso de relieve el interés por la psicología de emergencias como la intervención temprana para fomentar la seguridad de los afectados a través de los primeros auxilios psicológicos. Al mismo tiempo, se constató la necesidad de profesionalizar una disciplina todavía joven que necesitaba regulación, formación específica y coordinación multiprofesional. De hecho, antes de los atentados de Barcelona y Cambrils de agosto de 2017, se había articulado un plan de intervención psicológica en los primeros momentos en caso de que se produjera una acción terrorista en la capital catalana.
Veinte años después del ataque de Atocha, las cosas han cambiado significativamente:
- Los sistemas sanitarios de emergencias prehospitalarias de Cataluña y Madrid tienen incorporados en sus plantillas a profesionales de la psicología, de intervención inmediata, para ofrecer respuesta tanto presencial como no presencial. Algunos equipos de asistencia social de urgencias también tienen psicólogos de emergencias.
- Los profesionales de la psicología de emergencias están incluidos en los planes de protección civil de algunas comunidades autónomas.
- Existen programas formativos de posgrado consolidados en psicología de emergencias.
- Los departamentos de educación tienen psicólogos y psicólogas con formación en emergencias para resolver incidentes críticos en las aulas.
- Los colegios profesionales de psicología ya cuentan con una larga trayectoria en formaciones especializadas y tienen sus propios grupos de intervención psicológica en emergencias. La psicología de emergencias ha sido reconocida por el Consejo General de la Psicología con el grado de experto.
- Las empresas de transporte de pasajeros aéreas, ferroviarias y marítimas están obligadas a contar con profesionales de la psicología de emergencias para atender a posibles afectados.
La pandemia de la COVID-19 visualizó todavía más la figura del psicólogo de emergencias, y permitió que empezara a haber publicaciones en revistas científicas sobre la actividad y la eficacia de sus intervenciones. Se trata de un salto determinante para la consolidación de la disciplina a través de la contratación de profesionales de la psicología de emergencias por parte de la Administración.
En resumen, hemos pasado de intervenir casi exclusivamente en situaciones de gran emergencia a ser demandados para intervenciones de alto impacto emocional que pueden derivarse de situaciones mucho más cotidianas: los suicidios, la muerte repentina, la violencia sexual, la violencia en la pareja, etc. De hecho, se estima que aproximadamente el 70 % de la población mundial ha experimentado un acontecimiento potencialmente traumático en su vida (Benjet et al., 2016).
Lo mismo podemos decir de las intervenciones en crisis que no son abordadas por psicólogos de emergencias. Son circunstancias que tienen lugar en entornos donde ya hay profesionales de la psicología, que se encuentran con la necesidad de abordar situaciones agudas, de alto impacto emocional y con una repercusión en el funcionamiento de la organización sacudida por los hechos ocurridos. Hablamos, por ejemplo, de incidentes en centros educativos, entornos sanitarios en general (y hospitalarios en particular) o empresas.
Retos de la psicología de emergencias para los próximos años
La proyección de la psicología de emergencias en el conjunto de los territorios se ha llevado a cabo con la organización de múltiples jornadas y talleres y con una formación continua de abastecimiento mayoritariamente local. Estos encuentros han ayudado a contar con un mapa práctico y organizativo de la disciplina.
Al ser una disciplina joven, la psicología de emergencias tiene una base de conocimiento e investigación escasa, con carencias en cuanto a evidencias científicas. Existe, por lo tanto, una brecha significativa entre investigación y práctica.
Por ejemplo, tenemos mucha bibliografía sobre el hecho de que la intervención temprana genera una disminución de la sintomatología y hace que las personas se sientan bien y recuperen el sentido de seguridad. Sin embargo, todavía estamos lejos de poder predecir que la intervención temprana previene la aparición del trastorno por estrés postraumático y otros trastornos mentales. Esta es la gran oportunidad de celebrar un congreso nacional de psicología de emergencias.
Un primer congreso con la participación de paneles de expertos a escala nacional e internacional responde a este desafío de progreso y consolidación.
Comité organizador del I Congreso Nacional de Avances en la Intervención Psicológica en Crisis y Emergencias